La leishmaniosis o leishmaniasis es una enfermedad infecciosa causada por un parásito microscópico llamado Leishmania infantum que llega a nuestros perros a través de la picadura del flebotomo, quién lo “traslada” de un animal a otro. Hace algunos años se detectó el mayor brote en España de leishmania en humanos, un hecho que alertó sobre los posibles efectos y contagios entre seres humanos y animales.
La leishmaniasis en personas presenta dos variantes: la más leve, que es cutánea, o una visceral, que afecta al hígado, el bazo y la médula y puede llegar a ser mortal en caso de no ser tratada. La enfermedad se transmite a través de la picadura de un mosquito, más en concreto de la hembra. Ellas son las que hacen que el parásito del genero Leishmania pase a la sangre bien de un perro, bien de un humano o de otros animales.
Con esto queremos decir que, aunque normalmente pican antes a animales que a humanos, el perro no contagia la leishmania en humanos directamente.
En cuanto a nuestros compañeros caninos, los síntomas clínicos en perros puede ser cutáneos, oculares o generales: desde la pérdida de pelo a úlceras en la cabeza y extremidades, inflamación de las estructuras del ojo o adelgazamiento, cansancio, debilidad extrema o hemorragia nasal.
En el caso de leishmaniasis en personas es claro: evidentemente debemos acudir al hospital ante cualquier sospecha de infección y lo más pronto posible. Allí nos atenderán correctamente.
En el caso de los canes, se recomienda un análisis de sangre cada cierto tiempo para verificar que no está infectado. De estarlo, hay tratamientos para curarlo y que no suponga ningún riesgo ni para humanos ni para otros animales.
En nuestra Clínica Veterinaria atenderemos cada caso con la mayor profesionalidad, cariño y delicadeza.