La procesionaria es un parásito muy temido por los dueños de perros ya que son un gran peligro para ellos. Las personas no estamos exentos de sus efectos tampoco y es por ello que hoy, desde Clínica Veterinaria Ciudad de los Ángeles, os comentamos las razones de su pronta aparición.
Aunque lo normal es que la procesionaria aparezca entrada la primavera, las altas temperaturas y pocas lluvias suponen que estos parásitos aparezcan antes. Estas condiciones favorecen que bajen antes de sus nidos y que nos veamos antes expuestos al peligro.
Hay que recordar que un mínimo contacto con estos parásitos puede suponer dermatitis, lesiones oculares, urticarias, reaccones alérgicas o muerte en algunos casos. Un roce con sus pelos, que lanzan si se sienten amenazadas, es suficiente para que ya se den irritaciones y alergias. Cada individuo puede tener unos 500.00 pelos, llamados tricomas.
En el caso de los animales, y dada la elevada toxicidad de los pelos, hay que estar muy pendiente. Es frecuente encontrarlas en parques y jardines urbanos, sitios en los que es habitual ver a los perros. Si se acercan a ellas, es posible que el contacto, por pequeño que sea, les inflame el hocico y la cabeza, además de tener picores intensos en las zonas afectadas y abundante salivación.
Si por error se las comieran, podría darse la necrosis de la lengua o la garganta por lo tóxicos que son los tricomas.