Como ya os comentamos en nuestra anterior publicación, la procesionaria tiene muchas posibilidades de afectar mucho más este año. Hoy, desde Clínica Veterinaria Ciudad de los Ángeles, os recordamos los peligros que supone para nuestros perros.
Para hablar de ello, antes hay que recordar que el cuerpo de estas orugas está recubierto de unas vellosidades llamadas tricomas. Cada una puede tener alrededor de 500.000 tricomas que funcionan como dardos envenenados si se sienten amenazados. Destacamos también que un mínimo contacto con ellas puede generar desde dermatitis a lesiones oculares, pasando por urticarias y reacciones alérgicas.
En el caso de los perros, este contacto puede llegar incluso a ocasionarles la muerte. Los síntomas que pueden manifestar en caso de contacto con la oruga son inflamación del hocico y cabeza, picores intensos en las partes afectadas y abundante salivación. Por otra parte, si se la comen, la ingestión del tóxico que lleva el insecto puede provocar la necrosis de lengua y garganta y, a consecuencia de ello, la muerte del animal.
A fin de evitar los problemas que conlleva, recomendamos que les apliquéis a vuestras mascotas cuanto antes los tratamientos de control y prevención de esta especie.