Tal y como os anunciamos al final de nuestra última publicación, hoy, desde Clínica Veterinaria Ciudad de los Ángeles, continuamos con el tema de los golpes de calor, pero centrándonos en sus síntomas para que sepáis cómo actuar en caso si los notáis en vuestras mascotas.
La observación es clave. Si nos damos cuenta de que el animal respira con dificultad y se niega a andar, lo primero que tendremos que hacer es intentar bajarle la temperatura. Para ello, lo llevaremos a una sombra, y le ofreceremos agua, si puede beber, y así empezar a refrescarle. Pero esto último habrá que hacerlo poco a poco, nunca de golpe, hasta que veamos que su temperatura se estabiliza y recupera su respiración normal.
Si a pesar de esto, los síntomas o la situación sigue siendo grave, podemos recurrir a empapar una camiseta en agua y usarla a modo de paño húmedo. Se lo pondremos tanto en el cuello como en la cabeza e iremos inmediatamente a ver a nuestro veterinario.
Como señalamos en el post previo a este, los golpes de calor pueden evitarse si se tienen presentes todas las recomendaciones que mencionamos, pero hay otra que podemos tener en cuenta: los cortes de pelo. Debemos dejar alrededor de unos 2-3 centímetros aproximados de longitud dado que el pelo protege del calor y de las quemaduras solares.
No obstante, también hay que recordar que los perros no transpiran igual que nosotros, sino que lo hacen sólo a través de la boca. Esto hace que la autorregulación de su temperatura sea más difícil, por lo que hay razas, como los boxer, carlinos, o bulldogs, que son mucho más propensas al golpe de calor que los humanos. Con ellas debemos tener aún mucho más cuidado.