Algunas de las dolencias que podemos sufrir las personas también las pueden padecer nuestras mascotas, como ocurre con las hernias discales. Hoy, desde Clínica Veterinaria Ciudad de los Ángeles, os hablamos de ellas para que sepáis mejor en qué consisten y cómo se pueden identificar.
La hernia discal es una enfermedad degenerativa de los discos intervertebrales y, en perros con inmovilidad o problemas para mover las patas traseras, es una de las más frecuentes que pueden llegar a sufrir.
Por lo general, cuando se sufre de hernia discal se tiene dolor y disfunción en la médula espinal, que se manifiesta de diversas maneras:
El diagnóstico de la lesión se puede obtener mediante mielografía, TAC o RM, que permiten optimizar al máximo el resultado de la intervención quirúrgica que se tendrá que hacer para solucionar el problema.
La mielografía, si no habíais oído hablar de ella, es una técnica que permite ver la silueta de la médula mediante la introducción de contraste yodado alrededor de ésta. Al recorrer su contorno, permite saber dónde se encuentra la compresión.
Existen otros métodos complementarios como el TAC (Tomografía Axial Computerizada) o la Resonancia Magnética Nuclear, con los que también se puede diagnosticar el punto exacto donde se ha producido la hernia discal.