Se ha visto que el 60% de las perras que no han sido castradas lo pueden sufrir a lo largo de su vida, afectando de forma negativa psicológica y físicamente (sobre todo por la producción de leche). Por otra parte, también pueden tener cambios en su comportamiento que afecten a su entorno.
Entre los síntomas a destacar hay que diferenciar entre los físicos y los psicológicos. Entre los primeros destacamos el desarrollo de la hormona de la prolactina, que son las encargadas del aumento de las mamas, producción de leche y de la aparición de comportamientos maternales. Como curiosidad se puede decir que hay perras que hasta tienen contracciones uterinas. En los síntomas psicológicos veríamos intranquilidad, irritabilidad por el estrés, pérdida del apetito, menor actividad y cambios en su comportamiento.
El embarazo puede darse dos meses después de la última ovulación en la que no haya habido gestación. En ese periodo de tiempo, llamado «diestro«, es cuando hay más probabilidad de que aparezca el embarazo. Su duración oscila entre 10 y 15 días y, aunque no es una enfermedad, sí que hay que tener un control para evitar complicaciones.
En nuestra siguiente publicación os daremos más información respecto a este tema.