Como sabéis, muchas de las enfermedades que padecemos las personas también pueden tenerlas nuestras mascotas, y otro ejemplo de ello son las crisis epilépticas. Hoy, desde Clínica Veterinaria Ciudad de los Ángeles, os hablamos de ello.
Esta enfermedad, a día de hoy, no tiene cura, pero sí tratamiento para intentar que el animal sufra lo menos posible. Es muy complicado diagnosticarla de entrada porque los veterinarios, cuando hacen exploraciones físicas, no notan alteraciones que les lleven a hacer el diagnóstico. Sólo cuando se produce la primera crisis es cuando se ve realmente el problema que tiene el perro.
Cabe destacar que los ataques, por lo general, se dan de repente, normalmente en casa, por la noche, y cuando el animal está tranquilo. Lo más habitual es que presenten movimiento de masticación, hipersalivación e incluso que se pierda el control sobre los esfínteres. De igual forma, si la frecuencia de los ataques es baja, es probable que los dueños no sean conscientes del problema; no obstante, si se nota la aparición de restos de saliva, orina o cambios de comportamiento, se debería tomar como indicios de la enfermedad para poder diagnosticarla.
La gran mayoría de casos suelen darse en animales jóvenes de menos de tres años, pero si se presenta en edades más avanzadas podría ser por lesiones en el cerebro, como tumores o infartos cerebrales. De igual forma, es importante saber que hay razas que tienen mayor predisposición a padecer esta afección, como sería el caso de los beagle, golden o labrador retriever. Los border collie, por ejemplo, presenta una mala reacción a la medicación, pero la mayor parte de los perros, aunque precisen tratamiento de por vida, responden bien y consiguen llevar una vida muy similar a la de un perro sano.