Las necesidades alimentarias y nutricionales de un gato son muy diferentes a las de un perro, por ello, en este artículo vamos a detallaros cuales serían las necesidades nutricionales y alimentarias para tu pequeño aventurero y la importancia de una buena alimentación.
Los gatos, a diferencia de los perros, son incapaces de sintetizar un aminoácido llamado Taurina por lo que debe ser proporcionada por el alimento y además sus requerimientos proteicos son mayores. Por otro lado, los gatos son incapaces de sintetizar la vitamina D directamente cuando toman el sol y por tanto, tiene que ser aportada a través del alimento.
Desde el momento de su nacimiento comienza a tomar leche de la madre hasta las 3-4 semanas de vida y a partir de esa edad puede comenzar a tomar pienso poco a poco. Durante la etapa de crecimiento ingiere hasta tres veces más cantidad de energía que un gato adulto por lo que necesitará un pienso específico hasta alcanzar la edad adulta (aproximadamente 1 año).
Las necesidades nutricionales de los gatos mas mayores son diferentes a las de los gatos jóvenes ya que suelen padecer con mayor frecuencia ciertas afecciones, tales como insuficiencia renal, inflamación de las encías, diabetes… En todos estos procesos, la alimentación puede representar un factor importante para la prevención o para una mejoría de los síntomas en el caso de que aparecieran.
Un caso particular es el gato esterilizado y el riesgo de obesidad. La esterilización de los gatos es una práctica sumamente difundida que permite evitar los problemas de reproducción, junto con las molestias relacionados con el comportamiento sexual, tales como marcaje, vocalizaciones de la hembra, etc. Los gatos esterilizados son más tranquilos y vagabundean menos que los gatos enteros, por lo que viven, en promedio, dos veces más que éstos.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que la esterilización tiene dos consecuencias importantes, tanto en el macho como en la hembra: disminución de las necesidades energéticas básicas y aumento de consumo voluntario de la ingesta. La consecuencia de todo ello es un aumento de peso del 26% de media, en los gatos alimentados a voluntad tras la castración, y dicho aumento de peso conduce a la obesidad.
La obesidad felina es una enfermedad que tiene varias consecuencias muy nocivas para la salud del animal, aumenta el riesgo de aparición de diabetes y mayor riesgo de cojeras y afecciones cutáneas no alérgicas. Por todo esto, es fundamental que todos los gatos esterilizados machos y hembras tengan una dieta especial para ellos y que además se controle la cantidad diaria de alimento, para evitar un consumo excesivo del mismo.
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