Por la desescalada, ahora contamos con más libertad para movernos, lo que hace que, al salir a pasear con nuestros perros, lo hagamos por lugares por los que antes no podíamos. Con esto nos referimos a parques y zonas de campo, lo que hace que debamos tener especial cuidado con garrapatas, pulgas y, aunque no lo creáis, también con las espigas. De esto último os hablamos hoy desde Clínica Veterinaria Ciudad de los Ángeles.
Debido a las altas temperaturas, no es de extrañar que nos encontremos que nuestras mascotas han sufrido una herida por una espiga. Esto se deben a que, con el calor, se secan y se desprenden de las plantas, adhiriéndose a los animales cuando pasan junto a ellas.
Es habitual verlas en el pelaje del animal y, debido a su forma en punta de flecha, pueden excavar en su piel y causar las heridas, razón por la que se ha de mirar muy detenidamente para extraerlas lo antes posible.
Las lesiones más comunes se dan en las patas y en el oído externo, aunque como comentábamos por el pelaje, también pueden darse en otros lugares del cuerpo.
En el caso de las patas, nos encontramos con que la espiga se adhiere al pelaje de éstas y se abre paso, entrando con facilidad en la delgada piel y excavando profundamente a través de tejidos muy sensibles. Cuando esto ocurre, provoca mucho dolor, además de incomodidad, infecciones o cojera.
En lo referente al oído, vemos como la forma de flecha vuelve a ser la causa. Por ella, sólo pueden ir en una sola dirección. Si una cae en el canal auditivo de nuestro perro, únicamente irá hacia dentro, pudiendo llegar hasta el tímpano o producir infecciones como la otitis externa.