Las pulgas son parásitos que pueden afectar a todo tipo de animales, pero centrándonos en el caso de los domésticos, sobre todo en perros y gatos, estos últimos se llevan la peor parte. ¿Por qué? Hoy, desde Clínica Veterinaria Ciudad de los Ángeles, os hablamos de ello.
Un reciente estudio elaborado por investigadores de la Universidad de Liverpool ha analizado aspectos clave de la epidemiología de las pulgas, para lo que ha usado registros de salud electrónicos de gatos y perros domésticos de Inglaterra entre los años 2014 y 2020.
Los resultados dejaron ver que, al ir a consulta, los perros presentaban un porcentaje de 0,25% de afectación por pulgas, mientras que el de los gatos era de un 1,17%. La explicación que dan para ello es que los felinos son animales más independientes y con mayor acceso a zonas de exterior, lo que facilita su exposición a las pulgas.
No obstante, también se observó que en los gatos que provenían de familias más favorecidas, se daba una reducción del 50% en la afectación de estos parásitos. Esto muestra que, aquellos que se encuentran en zonas con más recursos, cuentan con la protección de diferentes tratamientos por parte de sus dueños; los que pertenecen a otras con menos recursos, son todo lo contrario, por lo que es más sencillo que tengan pulgas.
De igual forma, los datos arrojaron que los parásitos se muestran con una mayor frecuencia en gatos jóvenes que en los que son más mayores. Este hecho es algo que los investigadores atribuyen a que, a medida que el animal tiene más edad, se mueve menos por determinadas zonas, lo que disminuye la exposición.