En primer lugar, es común que las mascotas, especialmente los perros y gatos, tengan menos apetito durante el verano debido al calor. Esto es una respuesta natural del cuerpo para evitar el sobrecalentamiento, ya que la digestión genera calor interno. Para contrarrestar esto, se recomienda ofrecer comidas en horarios más frescos, como temprano por la mañana o al atardecer. Además, puedes optar por alimentos húmedos o añadir agua a su comida seca para aumentar la ingesta de líquidos y mantenerlos hidratados.
La calidad del alimento también puede verse afectada por el calor. Los alimentos para mascotas pueden deteriorarse más rápidamente si se exponen a altas temperaturas, lo que puede provocar problemas de salud como malestar estomacal o intoxicación alimentaria. Es crucial almacenar los alimentos en un lugar fresco y seco, y evitar dejar la comida expuesta por largos períodos. Los recipientes herméticos son una excelente opción para conservar la frescura de los alimentos secos.
La hidratación es otro factor crítico durante el verano. Asegúrate de que tu mascota tenga acceso constante a agua fresca y limpia. Algunos animales pueden necesitar incentivos adicionales para beber más, como agregar cubitos de hielo al agua o utilizar fuentes de agua que mantengan el líquido en movimiento, lo cual puede ser más atractivo para ellos.
Por todo esto, es importante mantener un ambiente fresco, ofrecer alimentos adecuados y asegurar una hidratación constante, ya que son medidas esenciales para cuidar de su salud y bienestar durante los días calurosos.