Los problemas cutáneos son bastantes comunes en los gatos y pueden estar provocados por diferentes causas. Esta semana os hablamos de las diferentes enfermedades de piel en los gatos y de cómo curarlas.
Piel seca. Es una enfermedad de piel de gatos muy común, aunque no suele ser demasiado grave a no ser que el animal se rasque demasiado. La causa principal de este problema es la temperatura elevada en el hogar. Intenta modificar la temperatura ambiente y acude al veterinario para que te explique cómo puedes cuidar mejor la piel de tu mascota.
Parásitos en la piel. Aunque son más comunes en perros que en gatos, otra enfermedad de piel de gatos bastante común es la causada por parásitos como pulgas, garrapatas o ácaros. Intenta mantener muy limpias las zonas donde se encuentra normalmente el animal y acudir al veterinario para que nos aconseje sobre qué lociones, pipetas, etc. echarle.
Alergia. Sufrir alergia en la piel es muy habitual en los gatos, normalmente notaremos que se le cae el pelo y que se rasca demasiado. Esta enfermedad de piel de gatos suele estar causada por estar expuesto en repetidas ocasiones a diversas sustancias (productos químicos de limpieza, jabones, lana…), por inhalar alguna partícula (como moho o polen), por comer algún alimento o por la picadura de algún parásito (como las pulgas).
¿Cómo curar estas enfermedades de piel en los gatos?
Lo más recomendable si no estamos seguros de cuál es la causa del problema es acudir a tu Clínica Veterinaria Madrid para que un veterinario le diagnostique. Es recomendable apuntar en un papel todos los síntomas que tiene el animal y en qué época del año le ocurre para que el profesional averigüe más rápidamente qué le ocurre.
Si sabemos qué ha causado la alergia, lo más recomendable es la prevención. Elimina aquello que le causa la alergia e intenta que no vuelva aparecer.
También debemos ser muy cuidadosos con la limpieza, tanto de los ambientes donde se mueve el gato, como del propio animal.
Los gatos son suelen ser animales bastante limpios por naturaleza, por ello, no suelen necesitar un baño. Bañarle con demasiada frecuencia puede resecar su piel. No obstante, sí que debemos cepillarle regularmente para mantener su pelaje limpio y a eliminar la piel y el pelo muerto antes de que pueda causar irritación.
Por último, debemos intentar que nuestra mascota mantenga una dieta equilibrada, con mucha agua y ácidos grasos omega 3, que le protegerán y cuidarán la piel.