Cuando tenemos una perra en casa, para poder cuidarla bien hay que tener en cuenta varios factores, y uno de ellos es el celo. Reconocer los síntomas nos ayudará a tener ciertas prevenciones, algo que hoy os contamos desde Clínica Veterinaria Ciudad de los Ángeles.
Celo de las perras: Cómo identificarlo
El celo en las perras no se da siempre en el mismo momento para todas. La raza, el tamaño y la genética marcan su llegada y, una vez pasado el primero, lo habitual es que se de cada seis meses; no obstante, hay perras que solo lo tienen una vez al año. Por otra parte, hay que destacar que el celo es un proceso que se divide en partes:
- Proestro: El inicio del celo y dura 9 días
- Celo: El momento que todos conocemos y que es la etapa fértil de la perra entre 5 y 9 días
- Diestro: La perra ya no se interesa por los machos
- Anestro: Final del celo
Teniendo esto en cuenta, es bueno tener identificados los síntomas del celo para evitar embarazos no deseados. Dichos síntomas serían los siguientes:
- Sangrará por la vulva, más en el proestro y menos en el celo. Se recomiendan ponerle unas braguitas para que no manchen, pero hay que retirarlas a la hora de salir a la calle a que hagan sus necesidades.
- La vulva se hincha, se vuelve más oscura, y la perra se chupará más esa zona pero no sentirá dolor.
- Habrá un mayor interés por los machos, así que es normal que los persiga, juegue, olisquee o se pelee con ellos.
- Hará pipí con mayor frecuencia para atraer a los machos.
- Es posible que durante ese periodo esté más cariñosa, demandando atención, juguetona, desobediente, más activa o incluso que duerma más. También podría darse el caso de que ladre con más frecuencia e intensidad.
- Se podría intentar escapar para ir en busca de un macho.
- El apetito se ve alterado, y puede ser que tenga más del habitual o menos.