El que tiene un gato en casa sabe perfectamente que es del todo imposible que dejen de arañar. Si intentas privarle de esta costumbre desesperarás. Para los gatos los arañazos son algo innato a su naturaleza.
Por eso, con un gato, la batalla está perdida en este sentido. Lo mejor es que intentes evitar que arañe tus objetos más preciados o incluso que arañe ciertos lugares que destines para ello.
Por eso una de nuestras recomendaciones es que dejes un objeto que pueda arañar cerca del sitio donde el suela hacerlo. Por ejemplo, si tu gato araña siempre la puerta de un determinado armario, pon junto a este sitio un objeto estable que le llame la atención y contra el que pueda arañar.
Si no puedes colocar nada que le haga desistir de su costumbre, siempre puedes recubrir la zona donde suele arañar con algo que no le guste: un paño mojado, papel film, papel aluminio o cualquier otra cosa que sepas que a tu gato le espanta.