La primavera trae consigo muchos beneficios, pero también supone el aumento de alérgenos ambientales como pueden ser el polen, los ácaros, las pulgas u otros agentes irritantes que, al igual que nosotros, exponen a nuestras mascotas al desarrollo de alergias.
Además de este aumento de alérgenos hay otros factores que influyen en la aparición de alergias primaverales en mascotas como es la genética.
Principales alérgenos y alergias primaverales en mascotas
Con el aumento de las temperaturas y la floración, distintos alérgenos se vuelven más activos dando pie a la llegada de alergias primaverales que pueden afectar a nuestras mascotas como serían:
Alergia al polen
El polvo fino que producen flores, árboles o pastos y se dispersa por el aire puede afectar a la piel y el sistema respiratorio de perros y gatos.
Alergia por el contacto con determinadas plantas
Algunas plantas (ambrosias, roble, olmo, ortigas, hiedra…) e incluso determinados productos de jardinería (herbicidas, pesticidas, fertilizantes químicos…) pueden también provocar su aparición.
Alergias por ácaros
Estos pequeños bichos viven en el polvo y proliferan con la subida de las temperaturas dando lugar a dermatitis alérgica.


Alergias por pulgas y mosquitos
Las pulgas se adhieren a la piel y el pelo de los animales desencadenando reacciones alérgicas en la piel.
Alergia a esporas de moho
Estas partículas microscópicas que los hongos liberan al aire pueden desatar síntomas respiratorios y cutáneos.
Síntomas más comunes
Los síntomas que se presentan con estas alergias no solo pueden variar según la especie, raza o sensibilidad de cada mascota sino también en función del tipo y la intensidad. Además, pueden darse durante todo el año si están expuestos a estos alérgenos.
Las alergias primaverales en mascotas se manifiestan principalmente a nivel cutáneo y, en menor medida, a nivel respiratorio. Algunos indicios de posibles alergias en mascotas pueden ser:

- Picazón intensa, escozor y rascado excesivo, especialmente en patas, vientre y orejas.
- Irritación, enrojecimiento o inflamación de la piel en forma de dermatitis, costras, pérdida de pelo localizada o calvas.
- Lamido o mordisqueo excesivo en patas, sobre todo en perros.
- Ojos hinchados, enrojecidos o llorosos, que provocan frotamiento con las patas.
- Síntomas respiratorios como estornudos, secreción nasal, dificultad para respirar o tos.
- Otitis recurrente, sobre todo en perros.
- No es tan frecuente, pero pueden darse vómitos o diarreas.
Otros factores que influyen en el desarrollo de alergias en mascotas
Aparte de los factores ambientales, hay otros factores que afectan a la aparición y gravedad de los síntomas como es la genética. Razas de perro concretas como el Bulldog Francés, el West Highland White Terrier o el Golden Retriever y, en el caso de los gatos, la raza Siamés muestra una mayor predisposición.
Consejos preventivos y cuidados
Para evitar o minimizar en lo posible la exposición de tu mascota a distintos alérgenos puedes llevar a cabo las siguientes recomendaciones:

- Mantener la higiene de tu mascota y tu hogar bañándola con cierta frecuencia y utilizando productos hipoalergénicos.
- Evita paseos en horas de alta polinización como por la mañana y a primera hora de la tarde.
- Cepillado diario para evitar acumulación de polen o ácaros.
- Llevar un buen control antiparasitario para prevenir reacciones alérgicas a picaduras.
También hay diferentes medicamentos que pueden aliviar los síntomas como antihistamínicos, corticoides, antiinflamatorios o antibióticos, o bien suplementos como omega-3 para fortalecer la piel y reducir la inflamación.
A pesar de todo esto, es fundamental acudir al veterinario para recibir una atención completa y adecuada ante cualquier signo de alergia en nuestros perros o gatos para recibir un diagnóstico preciso que evite posibles complicaciones mayores.