La dieta de los gatos es principalmente carnívora, por lo que debe ser rica en carne y pescado: ternera, buey, pollo, salmón o incluso pescado blanco, pueden ser los manjares para nuestro felino. Eso sí, el aparato digestivo de los gatos está mejor preparado para la carne cocinada, no es muy recomendable darle carne cruda.
Pero, además de la carne, el gato necesita hidratos de carbono, vitaminas y minerales. Por esta razón, los piensos para gatos que venden en los supermercados suelen cumplir con los requerimientos nutricionales que necesitan mucho mejor que si le damos nosotros directamente la misma comida que nos hacemos para nuestro consumo. Estos piensos son alimentos específicamente creados para cada etapa del gato o para gatos con problemas concretos como son los esterilizados.
También podemos combinar el pienso con la comida blanda, lo correcto sería intercalar el pienso con comida blanda una o dos veces por semana. Los gatos suelen administrarse la cantidad de comida que ingieren, pero si nuestro gato está esterilizado le debemos controlar la comida porque tienen tendencia a engordar, lo mejor es rellenarle poco a poco el cuenco y nunca dejárselo lleno todo el día.
Hay cuencos que están los dos juntos, pero lo más práctico es tener separados los cuencos del agua y de la comida, los gatos son animales muy inteligentes y cuando ven algo flotando en el cuenco del agua dejan de beber. Por lo tanto, si tenemos los cuencos por separado podremos evitar que se manche el agua, y al mismo tiempo, controlar lo que come nuestra mascota.
Como la nuestra, la alimentación de los gatos varía con la edad, por ello debes adaptar la alimentación de tu gato a su tiempo. Para cualquier duda consulta con tu veterinario qué es lo que puede tomar tu gato o lo que le está sentando mal.