Es un tema con diversidad de opiniones. Hay quien piensa que podemos compartir sofá o cama con nuestras mascotas, pues favorecen la relajación y ellos están más cómodos. Por el contrario, hay quien aboga por poner límites a los perros y que su sitio sea el suelo, o al menos, sus cunas.
Veamos pues cuáles son esos argumentos a favor y en contra de compartir lecho con nuestras mascotas.
A favor.
- Cuando un perro o gato se acurruca junto a nosotros en el sofá o en la cama, notamos su calor corporal y su respiración, aumentando así la relajación y la sensación de bienestar.
- El poder acariciar a nuestra mascota en el sofá hace que se estrechen los lazos de amistad entre ambos.
- Según un estudio de la Fundación Affinity, “los niños que tienen miedo a la oscuridad y se muestran reticentes a dormir solos tienen un aliado en su perro o gato a la hora de enfrentarse a sus miedos”.
En contra.
- Cuando el animal tiene problemas de conducta, es mejor establecer límites, dejando claro en qué lugares puede estar y en cuáles no.
- Si el perro viene de la calle, con suciedad y parásitos, puede manchar el sofá y transmitir esos organismos.
- Un excesivo movimiento del animal puede no dejarte dormir.
- Alergias.
Y tú, ¿qué opinas?
Fuente: El País.